"Seducido por la voluntad del aire"

Discreto, el sin tierra, de vez en vez nos obsequia un detalle de sus visualizaciones narrativas...

EL OTRO HIJO DE DIOS

Author: EL AERONAUTA /

A primera luz, el sueño de dormir sin conciencia, ayuna consecuente al primer milagro del día. Representa mi ego la escasez de los que desperdiciaron su nombre. El amor hacia mi padre no me permite abandonar la escritura cosmopolita, evangélica y soberana. Mi reflejo de fibra óptica me presenta inmerso en una realidad cruel, la cual obsequio en carácter de fantasía gentil. Será el mandato divino, quien no me permite contar la verdad o tal vez esta psicosis que visto por traje. Seré la leyenda inmemorial, la que concluya la historia que el socialismo de mi hermano infamó. Mi Dios continúa la espera rezando por mí. Seré el fin que justifica los medios, medios que habito como un espíritu en la multiplicidad del efecto de forma y formas. Será mi palabra quien aliviara la angustia sonora de los evitan tomar la voz, la que heredarán los hijos de los hijos. Seré la libertad del cielo que los vigila, amenazante o placentero según la ciclotimia del espectador. Seré la vida, la muerte y sus corolarios solemnes. Seré… a pesar de esta cruz, el que caminara más allá de lo que siempre, siempre se anhela. Seré la devoción que esconde sus angustias, enceguecido en el envío de la palabra, la imagen y el movimiento. Seré hasta que la distancia lo decida, lo que quieran ver.


TORRENTE ESPIRITUAL

Author: EL AERONAUTA /

La repentización de la hemoglobina se forja cúmulo en lo incolorito del torrente, en ocasiones escasa de gama se hace coagulo, en el lobby de mi sustancia. Mística y nostálgica se confunden entre simbolismos y apariencias, par silentes de capacidades heterogéneas correspondiente al mismo cuerpo. Todo camino concierne a esta arteria ficticia que desemboca en mi esencia, circulación inocua de contenido emotivo. Desde el entorno al meollo sin asunto pendiente, desde lo palpable hacia lo intangible. El contenido profuso de mis venas responde a lo ilimitado y necesario de mi espíritu responsivo. Sangre que transporta sonrisas maternas, reflejos del primer esbozo creativo. Traslada esa mirada eterna, la parpadeante versión de la luz, adaptación inequívoca de mis invidencias. Trajina las caricias de tus vocablos sinceros al tacto comedido de un tal para cual. Transporta momentos imprecisos donde el siempre, supo ser la única unidad de tiempo utilizado por nuestros latidos. Traslada partículas de aire suspirado pos viento y sus movimientos clasicistas. Trajina el anhelo emotivo de lo impropio, el cual se sustenta en la devolución de nuestras pertenencias. Perdura el tácito circulatorio hacia la demostración de mis fortalezas…allí donde mi alma configura el transcurso existencial, este continuo devenido a espera.

TIERRA

Author: EL AERONAUTA /

¿Dónde irán las coplas? hermana de mis venas, ¿y su caudal de sangre a borbotón, del estrépito afluente? Huérfana la tierra se arremolinará en la garganta de los que honran sus penas. Orfandad y desconsuelo nativo, centinelas de los secretos entre los cerros y la lunita de azúcar. La expeditiva muerte cosecha más de lo que siembra. ¿Dónde irán las tormentas y el exilio de las esperanzas? Funesto adiós de los elementos al mandamiento materno, que en su aroma traduce la imperiosa necesidad del diluvio. ¿Dónde ira el zonda? ¿Y el bosquejo de sus misteriosos motivos poéticos? En la procesión de las nubes y el agobio de sus espíritus líquidos. ¿Dónde ira la flor de mis mano? Sin su orientación, ni la melodía del río que desemboca en el mar de los abrazos. ¿A dónde irán los camaradas del común sentido? Condenados a las perdidas de los que nos emparda y nos reúne, para ser irremediablemente inevitables. ¿Donde irán las golondrinas y el sur? En el aparente efecto migratorio, del extraño en cualquier sitio. La brisa arroja sus incógnitas al aire, y susurra incontinua al oído de la infinidad y de la falacia. En el periodo que el cielo dispone otra bienvenida simbólica. Y el viento manifiesta, entre sollozos, que es el tiempo quien todo lo lleva.

A Mercedes Sosa.

Etérea

Author: EL AERONAUTA /

Bienvenidos al segmento presente, del sueño inmemorial. Donde las palmas del crepúsculo insisten en reformular el gusto clásico del día. Con un aspecto inespecífico para la gama ecuánime de las primeras luces. Bienvenidos al rincón secular de la abundancia esencial, donde deambula el espacio y la causa visual que lo provoca. Retiro ante cualesquiera cuantías frívolas irrelevantes, que ocupen parte y término. Bienvenidos al dogma aerodinámico preponderante, donde la herencia del pampero se exhibe como un legado de sus hábitos errantes. Consecuente al cosmos de sus introspecciones exquisitas. Bienvenidos a la tierra del aire, donde la paz de una hermosa alada, guarece en la delicadeza de cada sonrisa facilitada. Donde el aeronauta comanda el bólido rústico, e inocuo trajina cada hoja escrita que el vendaval olvidó. Bienvenidos al resguardo oriundo de las imperfecciones de este mundo absoluto, donde el detalle se disfruta en el desvío de las apreciaciones relativas. Bienvenidos al acuerdo entre la química y el físico, entre la concepción natural y la pulsión ilimitada, entre la oferta divergente y la demanda variable. Donde la expresión de los sentidos, aborígenes milenarios del asombro, radican sus pertenencias en este sitio libertario, diversivo y celestial.

LA PAZ

Author: EL AERONAUTA /

Los naturales susurran pacientes un pequeño suspiro. Promulgan la incipiente calidez del un otoño intermitente, quien juega entre sueños a ser primavera en un territorio momentáneo. El renacimiento ilustrado secunda las sombras de los habitantes de la pragmática entelequia, quienes rememoran y se entregan a las inclemencias terrenales. Una definición para la armónica secuela de sus pedidos elevados, todos y cada uno de ellos se materializan en la providencia de sus placeres. Aparejados por la plataforma aérea, donde las fronteras cutáneas generan continuación en un desnudo abrazo. Allí sin gravedad ni agravio, enfilan detrás de un arquetipo exotérico concordante. El equivalente vector que rige sus itinerarios senderos aórticos. Los causales desnudan la insolvencia de rutina alguna; ya que, nadie inmortaliza los sucesos del día anterior. Los responsivos nativos de la paciencia, eluden todo embate belicoso y fecundan los motivos de la tolerancia infinita. Reafirman sus condiciones proscritas, de eufemismos en banderas epiteliales. Los exonerados patrimoniales profundizan los detalles elementales, y moran sus espectros en la argumentación inmune de sus elaboraciones. La patria biológica, los cobija… entre hemoglobina y pensamientos, entre protones y firmamento sustancial, entre ritmos cardiacos y oscilaciones estimulantes. Entre el sosiego interno, los constitutivos y su necesaria urbe consonante.