"Seducido por la voluntad del aire"

Discreto, el sin tierra, de vez en vez nos obsequia un detalle de sus visualizaciones narrativas...

TORRENTE ESPIRITUAL

Author: EL AERONAUTA /

La repentización de la hemoglobina se forja cúmulo en lo incolorito del torrente, en ocasiones escasa de gama se hace coagulo, en el lobby de mi sustancia. Mística y nostálgica se confunden entre simbolismos y apariencias, par silentes de capacidades heterogéneas correspondiente al mismo cuerpo. Todo camino concierne a esta arteria ficticia que desemboca en mi esencia, circulación inocua de contenido emotivo. Desde el entorno al meollo sin asunto pendiente, desde lo palpable hacia lo intangible. El contenido profuso de mis venas responde a lo ilimitado y necesario de mi espíritu responsivo. Sangre que transporta sonrisas maternas, reflejos del primer esbozo creativo. Traslada esa mirada eterna, la parpadeante versión de la luz, adaptación inequívoca de mis invidencias. Trajina las caricias de tus vocablos sinceros al tacto comedido de un tal para cual. Transporta momentos imprecisos donde el siempre, supo ser la única unidad de tiempo utilizado por nuestros latidos. Traslada partículas de aire suspirado pos viento y sus movimientos clasicistas. Trajina el anhelo emotivo de lo impropio, el cual se sustenta en la devolución de nuestras pertenencias. Perdura el tácito circulatorio hacia la demostración de mis fortalezas…allí donde mi alma configura el transcurso existencial, este continuo devenido a espera.

TIERRA

Author: EL AERONAUTA /

¿Dónde irán las coplas? hermana de mis venas, ¿y su caudal de sangre a borbotón, del estrépito afluente? Huérfana la tierra se arremolinará en la garganta de los que honran sus penas. Orfandad y desconsuelo nativo, centinelas de los secretos entre los cerros y la lunita de azúcar. La expeditiva muerte cosecha más de lo que siembra. ¿Dónde irán las tormentas y el exilio de las esperanzas? Funesto adiós de los elementos al mandamiento materno, que en su aroma traduce la imperiosa necesidad del diluvio. ¿Dónde ira el zonda? ¿Y el bosquejo de sus misteriosos motivos poéticos? En la procesión de las nubes y el agobio de sus espíritus líquidos. ¿Dónde ira la flor de mis mano? Sin su orientación, ni la melodía del río que desemboca en el mar de los abrazos. ¿A dónde irán los camaradas del común sentido? Condenados a las perdidas de los que nos emparda y nos reúne, para ser irremediablemente inevitables. ¿Donde irán las golondrinas y el sur? En el aparente efecto migratorio, del extraño en cualquier sitio. La brisa arroja sus incógnitas al aire, y susurra incontinua al oído de la infinidad y de la falacia. En el periodo que el cielo dispone otra bienvenida simbólica. Y el viento manifiesta, entre sollozos, que es el tiempo quien todo lo lleva.

A Mercedes Sosa.